El pay de limón es uno de esos postres que complacen a todo mundo y yo tengo una receta especial con la que puedes sorprender a tus invitados en la próxima reunión. ¡Toma nota!
Por cierto, esta receta es para un pay pequeño que rinde para 6 personas. Si necesitas hacer uno más grande, únicamente tendrás que adaptarla.
Esto es lo que vas a necesitar:
- 1 paquete de galletas de vainilla o tipo Marías
- 100 g. de mantequilla
- 1 lata de 400 g. de leche condensada
- 200 g. de queso crema
- Jugo de 4 limones
- 1 taza de azúcar
- 3 huevos
- 1 molde de pay
Primero la base
Para hacer la base crujiente, muele las galletas en una licuadora o procesador. Derrite la mantequilla y mezcla con las galletas molidas para formar una masa. Esta masa hay que ponerla en el molde y hornear durante 15 minutos a 180 grados. Saca del horno y deja que se enfríe.
Sigue el relleno
Separa las claras de las yemas de tus tres huevos. Para el relleno, pon en la licuadora las yemas, el queso crema, la leche condensada y el jugo de los limones. Licúa hasta que todo esté perfectamente mezclado. Checa el sabor y, si está en su punto, vierte sobre el molde, empareja con una espátula y ponlo en el refrigerador. Debe enfriarse al menos unas dos horas.
Finalmente, ¡el merengue!
El merengue es muy importante en todo pay de limón, ya que le da el toque final. Para hacerlo tienes que poner las claras de huevo, el azúcar en una olla y calienta a fuego lento. Con una cuchara de madera, mueve la mezcla en el sentido de las manecilla del reloj. Cuando comiencen a salir burbujas, apaga y pásala a un recipiente.
Ahí te va un tip opcional que yo siempre aplico para darle sabor al merengue: ¡échale una cucharadita de vainilla! Ahora empieza lo bueno: si tienes batidora, úsala; si no, remueve con fuerza la mezcla, haciendo círculos, hasta que alcance el punto de nieve y quede cremosita y esponjosa. Decora tu pay con el merengue (se ve más bonito si lo haces con una manga) y refrigera durante otra media hora. ¡Listo!
Con esta receta sencilla de pay de limón, tendrás a tus invitados limpiando el plato con singular entusiasmo. Lo mejor es que se puede hacer con ingredientes fáciles de conseguir en una ida al súper. ¡A cocinar!
