Cómo explicarle a tus hijos la historia de Santa Claus
Seguramente te has dado cuenta de que, cuando los niños crecen, su curiosidad aumenta. Con cada Navidad que pasa, aumentan las probabilidades de que tus hijos hagan más preguntas acerca de Santa Claus. No te aflijas, tal vez no sea momento de decirles la verdad, pero sí de contarles la historia de San Nicolás.
Te cuento cómo explicarle a tus hijos la historia de Santa Claus de una forma que se mantenga la magia. ¿Conoces tú esta historia?
El joven Nicolás
Antes de ser un viejito generoso, Santa Claus fue un niño, como todos. Se llamaba Nicolás y vivía en Myra, una antigua ciudad que se encontraba en lo que hoy conocemos como Turquía.
El pequeño Nicolás era conocido por su buen corazón y generosidad, pero tuvo la mala fortuna de perder a sus dos papás a causa de la peste cuando él aún era un muchacho. Sus padres eran prósperos, pero él quiso convertirse en sacerdote para poder ayudar a la gente durante toda su vida.
El obispo de Myra
Nicolás creció y se convirtió en el obispo de Myra, una posición desde la cual tenía la oportunidad de cumplir con su misión de ayudar a los necesitados. Algo que le gustaba mucho era brindar esa ayuda sin que la gente supiera que había provenido de él.
Comenzaron a circular historias de familias pobres que encontraban oro en su cama al despertar, niños huérfanos que obtenían regalos en Navidad y hasta enfermos que sanaban con la oración del obispo.
El cariño de la gente por Nicolás creció y su fama se extendió por toda Europa. La gente lo respetaba y lo saludaban con euforia cuando paseaba por la ciudad en su caballo blanco.
San Nicolás
Después de su muerte, los niños de Myra seguían dejando sus calcetas y botas en la noche antes de Navidad, creyendo que el obispo encontraría la manera de llegar para entregar los regalos. La sorpresa de sus padres fue enorme cuando pudieron comprobar que, inexplicablemente, todos los niños de la ciudad amanecieron con regalos.
El rumor se extendió por el continente entero y los niños de Europa comenzaron a dejar sus calcetas y botas en Nochebuena e, increíblemente, ¡todas amanecían con regalos! Estos milagros, más los que hizo en vida, hicieron que la iglesia canonizara al obispo, quien se convirtió en San Nicolás.
Cuando los holandeses llegaron a lo que hoy es Estados Unidos, esparcieron al tradición de Sinterklass, como ellos pronunciaban el nombre. Un escritor quiso hacer la versión en inglés de aquel nombre y lo convirtió en Santa Claus.
Hasta la fecha, Santa Claus sigue cumpliendo con la misión de llevar regalos a todos los niños del mundo en Navidad. Nadie ha podido explicar cómo es que lo logra, pero lo cierto es que todos lo esperan con mucha ilusión.