Si lo quitas del fuego antes de tiempo, el arroz puede quedar un poco duro. Si te distraes mientras cocinas y se te pasa el tiempo, probablemente se te bata o se te queme. Lo cierto es que hacer un arroz perfecto no es tan difícil, sigue estos consejos para lograr ese arroz suave y esponjoso que siempre soñaste.
Enjuaga el arroz
El primer paso es enjuagar el arroz para quitarle el almidón, ya que éste contribuye a que salga pegajoso. Coloca la taza o tazas de arroz que vayas a cocinar en un recipiente. Agrega agua tibia y revuelve con las manos limpias.
Deja remojar un par de minutos, ponlo en un colador y baña con un chorro de agua fría. Cierra la llave cuando el agua que chorree salga bien clarita.
Aprende a medir al agua
Este punto es el que genera mayor confusión, así que vale la pena aclararlo de una vez por todas: por cada taza de arroz que quieras cocer, utiliza 2 tazas de agua.
Pon mucha atención al medirla y usa la misma taza que utilizaste para medir el arroz. Recuerda que si te pasas de agua, el arroz puede quedar batido.
Vigila el fuego
El truco para un arroz perfecto está en cuidar la intensidad del fuego. Una vez que el agua comience a hervir, baja la flama a fuego medio y tapa la olla. Recuerda que si dejas la flama al máximo, es probable que el arroz se te queme.
Tip: al tapar la olla, deja un espacio para que el vapor pueda escapar libremente.
Cuando se formen los típicos agujeros en el arroz, tapa por completo y baja el fuego lo más que puedas.
El paso final
Deja cocinar el arroz hasta que luzca esa consistencia esponjosa que tanto te gusta y apaga el fuego. ¡El arroz está listo para servirse y disfrutarse en el momento!
Como dice el dicho, “este arroz ya se coció”. Comenta debajo qué te parecieron estos tips para lograr el arroz perfecto. Si tienes algún otro consejo, ¡no dudes en compartirlo con nosotras!
